CAPITALES BALTICAS...UN RECORRIDO PARA DISFRUTAR!

Vilnius, Riga y Tallin, son las tres capitales bálticas. 
Tres ciudades maravillosas, llenas de rincones con encanto con un ambiente realmente acogedor.
Un destino para disfrutar cada rincón, de su gastronomía y de sus bellezas que no son pocas.
Un destino que por proximidad puede combinarse con destinos como Polonia, Rusia o Finlandia con gran facilidad. También es fácilmente combinable con los países nórdicos, aunque este es un destino bastante más caro.

 


Estonia, Letonia y Lituania son 3 de los países más desconocidos de toda Europa. Se encuentran en el noreste del continente, encajados entre Rusia, Bielorrusia y Polonia. Tienen en común un pasado glorioso y a la vez doloroso, ya que paso de ser una de las zonas comerciales más prosperas de Europa a ser países invadidos  por Alemania, por la Francia napoleónica y varias veces  por Rusia y que no lograron su independencia hasta el año 1991, hoy son de los países de más crecimiento económico en toda Europa.
Culturalmente y lingüísticamente, solo Letonia y Lituania se consideran pueblos «bálticos», ya que los estonios poseen mucha mayor afinidad con el pueblo finlandés, y de hecho hablan un idioma próximo al finés, mientras que en los otros se hablan las denominadas lenguas bálticas (lituano y letón en la actualidad.

Vilnius

La Capital de Lituania, Vilnius presenta un ambiente distendido y bohemio
Una ciudad donde abundan pubs, restaurantes, cafés modernos y vanguardistas y una vida cultural intensa, ha logrado un gran cambio desde su independencia de Rusia, pero con respeto por las tradiciones y raíces, lo que ha creado una curiosa mezcla.
El casco antiguo está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco siendo el centro histórico barroco más grande de Europa del Este.
Es imposible no caer rendido ante la belleza de sus fachadas, sus calles de adoquines, el ambiente que se respira y sus numerosos cafés y restaurantes con terrazas, con un gran número de parques y espacios verdes. Una ciudad ideal para recorrerla caminando.
Historia de Vilnius
Es importante conocer un poco los antecedentes históricos de Vilnius, para comprender la mezcla cultural, religiosa y artística que se ve en la ciudad, conviven en armonía ortodoxos, católicos, ateos y los pocos judíos que aún quedan, además de ser una ciudad de artesanos, artistas y bohemios.
Si bien las cartas manuscritas del gran duque Gediminas ya atestiguan la existencia de Vilna en 1323, los restos arqueológicos han permitido constatar la presencia de tribus bálticas -como fundadores del asentamiento- y eslavas mucho antes, e incluso germánicas y judías a partir del siglo XI
En el Siglo XVI bajo el reinado de Segismundo II de Polonia,Vilnius fue la capital del Gran Ducado de Lituania y alcanzó su máximo esplendor
Ciudad abierta al comercio y a la cultura, acogió a polacos, judíos, ucranianos, rusos y alemanes entre otros. Esta variedad de nacionalidades aportó una gran riqueza económica y cultural, hasta fue conquistada por los rusos en 1655,  lo que significó saqueos, masacres y el éxodo de la población.
Vilnius volvió a Polonia y con la tercera partición de Polonia en el siglo XVIII, volvió a manos de Rusia. La ciudad fue invadida por Napoleón en su camino hacia Moscú. Invadida por los alemanes en la Primera Guerra Mundial, tras esta, cayó en manos de los bolcheviques. En 1920 se proclama la independencia de Lituania, y Vilna proclama su anexión a Polonia, lo que provocó una ruptura de relaciones entre Polonia y el resto de Lituania.
Creció muchísimo gracias a la inversión judía y polaca, convirtiéndose en la quinta ciudad polaca en importancia económica y en número de habitantes judíos.
La diferencia entre Vilna y el resto de Lituania era tan grande, que comenzaron las protestas por todo el país. El gobierno de Lituania decidió pactar con el ejército rojo, que invadió la región, obligando a Vilna a anexionarse a Lituania. El ejército rojo rompió el pacto e invadió finalmente toda Lituania. 
En su afán por llegar a Moscú, los nazis invadieron Lituania, con los alemanes en el país comenzaron las deportaciones y asesinatos de miles de judíos. La policía de seguridad lituana y otros sectores fascistas y antisemitas se unieron a las SS y a sus trabajos de liquidación, ya que consideraban a los judíos culpables del crecimiento económico de Vilna y empobrecimiento del resto del país. En cambio otra parte de la población, hizo lo posible por salvarlos de la masacre.  Se calcula que fueron asesinados unos 70.000 judíos solo en la ciudad de Vilna. 
Tras la Segunda Guerra Mundial, los polacos fueron repatriados a Polonia y no fue hasta 1991, cuando se proclamó la independencia de Lituania.

 Que ver en Vilnius  – Turismo en la ciudad

La Plaza de la Catedral capta la atención de los viajeros en forma inmediata. La Catedral neo-clásica de San Estanislao y San Ladislao se encuentra pegada a la Torre de la Campana, que funciona como “campanario” independiente del edificio religioso. 
En nuestro camino llama la atención un extraño azulejo donde está escrita la palabra “stebuklas” (milagro).Este azulejo es en homenaje a la cadena humana organizada de forma pacífica en 1989 entre Tallin y Vilna, para protestar por la ocupación soviética en Lituania. Siete meses después Lituania conseguía su independencia y el azulejo sirve de recuerdo. La tradición nos indica que para obtener suerte hay que girar alrededor en dirección contraria a las horas del reloj y pedir un deseo.

Detrás está el Palacio de los Grandes Duques de Lituania y su lado la estatua del Gran Duque Gediminas, gobernante medieval del Gran Ducado de Lituania, al que se le atribuyen entre otras cosas la fundación de Vilnius. A unos pasos hacia el norte con dirección al río  el Museo Nacional de Lituania es un compendio histórico de la cronología de la región lituana, especialmente del Gran Ducado.


Si tomamos el lado opuesto llegaremos a la Universidad, creada en 1579 y el edificio del Palacio Presidencial.
Al lado de la Universidad se encuentra la avenida Pilies,sus cafés, tiendas y restaurantes son parada en los paseos habituales que van desde la catedral hacia la Puerta del Amanecer, la única de las varias puertas de acceso que conformaban la muralla.


Cerca de la Universidad se halla el Palacio Presidencial, antigua residencia de los obispos de Vilnius, que pasó a ser la casa del gobernador de Lituania durante el pasado soviético. 
Haciendo de enlace entre el área de la universidad y el barrio de Uzupis está una de las calles más famosas de Vilnius, Literatu (Literatų gatvė)

Se piensa que Literatai recibe en honor al poeta Adam Mickiewicz que vivió aquí. Tres placas en lituano, ruso y polaco indican la casa en cuestión. En 2008 un grupo de artistas emprendió un proyecto de recuperación decorándola con menciones literarias en sus muros.

Užupis  significa en lituano “el otro lado del río”, en este caso del río Vilnia que separa algunos barrios de la ciudad.


El barrio de Užupis es el centro donde numerosos artistas se asentaron para desarrollar su actividad en talleres o simplemente vivir. Este pequeño Montmartre donde en época medieval se asentaron especialmente las comunidades judías quedó desolado con el traslado y genocidio de sus habitantes, asesinados en los campos de concentración nazis. Después de la segunda guerra mundial muchas casas quedaron vacías, abandonadas y reocupadas por gente sin recursos, favoreciendo la proliferación de la delincuencia y la prostitución.
Este barrio es muy especial, el 1°de Abril de 1997 Užupis se declaró república independiente, con su propia constitución, bandera, ejército (que nunca ha pasado de veinte personas y con carácter simbólico), himno y presidente, como una irónica forma de protesta.
La constitución tiene como principal lema que “Las personas tienen derecho a no tener derechos” y si repasamos algunos de los derechos podemos captar el sentido de esta “micro nación”. Algunos de sus más de 40 artículos de la constitución van desde lo reivindicativo “Todos tienen derecho a agua caliente, a la calefacción en el invierno y a un tejado” a lo histriónico: “Todos tienen derecho a ser perezosos y a no hacer nada”, “Un perro tiene derecho a ser un perro”, y donde se conjugan la defensa de los animales, el derecho a morir dignamente o al de tener libertades en el sentido más amplio.

La escultura del Ángel de Užupis tocando un cuerno, situado en la plaza principal del barrio simboliza para los ciudadanos de Vilnius la libertad artística, creativa, pero también la individual de los librepensadores, actualmente el barrio sigue con su principio más auténtico de la promoción de la cultura y las artes, atrayendo no solo a turistas, si no a intelectuales de todo el mundo que pasan por el barrio para apoyar sus iniciativas.
Si salimos del centro histórico la avenida Gedimino Prospektas nos conduce a una sucesión de parques, hasta llegar a  Vilniaus gatve, donde está la curiosa escultura de Lucky belly, que dicen los lugareños que da suerte tocar la barriga que asoma de la pared. En esta calle hay varios restaurantes y cafeterías.
Aunque parezca cuando menos extraño que el músico y guitarrista Frank Zappa tenga una escultura en Vilnius, todo se entiende como un homenaje a uno de los padres de la música moderna.
Otra visita interesante es el  Museo de las víctimas del genocidio (KGB), ubicado en la sede de la Gestapo durante la ocupación nazi de Lituania en 1941, y que más tarde fue reocupado por la Policía Secreta soviética, la KGB hasta 1991 y la independencia de Lituania. Aquí se llevaron a cabo detenciones, interrogatorios, torturas y órdenes de deportación de lituanos a Siberia.
Vilnius se convirtió en un gueto judío durante la ocupación del ejército nazi en la segunda guerra mundial. En realidad había dos, el  Pequeño Gueto donde se concentraba a los judíos que se llevaron al campo de exterminio de Paneriai, y el Gran Gueto donde vivían los judíos dedicados a los trabajos forzados. En varios lugares como la calle Rudininku gatve podemos ver placas que honrar su persecución. La Sinagoga Coral es la única que sobrevivió la barbarie y hoy sigue en funcionamiento.
Si aún nos quedara tiempo podemos recorrer rincones donde los habitantes de Vilnius se mueven ajenos a los viajeros. Uno de ellos es el mercado cubierto de Hales, en el interior de un  hermoso edificio histórico, inaugurado en 1906, y donde sus vendedores nos enseñarán sus productos típicos como la carne ahumada, el pescado fresco llegado de la costa báltica y verduras fresquísimas. Y otro de esos mercados donde podemos profundizar en los productos lituanos es el de Tymo Turgus, cerca de la República de Uzupis.

Qué hacer en Vilnius – Actividades


-Visitar la cervecería Alauís Namai donde podremos probar las cervezas artesanales.

        


-Las colinas que envuelven Vilnius funcionan como miradores que nos proporcionan vistas panorámicas de la ciudad.Uno muy cercano al centro es el de la torre de Gediminas, domina la ciudad justo por encima de la Plaza de la Catedral. La torre es lo único que queda de uno de los castillos defensivos de Vilnius.

Si aún queremos tener otra perspectiva, es recomendable el camino que conduce a las Tres Cruces (Trys kryžiai), el monumento que recuerda la muerte de siete franciscanos que trataban de evangelizar a los lituanos. Diseñado por el arquitecto polaco-lituano Antoni Wiwulski en 1916, derruido posteriormente en 1950 durante la integración de Lituania en la URSS y hoy de nuevo presente gracias a la obra de Henrikas Silgalis de 1989. Debajo de la colina junto al río, hacia el barrio Antakalnis está la Iglesia de San Pedro y San Pablo, del siglo XVII y en cuyo interior las más de dos mil figuras aturden.
Las vistas desde las Tres Cruces al atardecer son memorables, más si coinciden con el vuelo de los globos aerostáticos que es una de las actividades preferidas en las afueras de Vilnius. 

Una ruta algo más alternativa nos conduce a la parte norte de Vilnius, al barrio de Šnipiškės donde se conservan buenos ejemplos de cómo era la arquitectura de madera de Vilnius de los siglos XIX-XX.


Otros tours a realizar en Lituania

Colina de Las Cruces

Situada a trece kilómetros al noreste de la ciudad de Siauliai (Lituania), se presenta a los visitantes con una modesta altura, sobre la cual se amontonan una sobre otra, cruces clavadas sobre el terreno o colgadas de las más grandes. En el llano frente a la colina se encuentra la Gran Cruz de Leño con Cristo de bronce, donada por Juan Pablo II en ocasión de su visita a la colina, el 7 de septiembre de 1993.
El sentido original de las cruces no solamente es católico sino también pagano. Las primeras cruces se colocaron durante el siglo XIV y muchos mitos todavía circulan para intentar darle explicación a su origen. A partir de las primeras cruces, durante las guerras o épocas en las que el pueblo estaba oprimido, las cruces volvían a brotar como símbolo de fe y esperanza.
En época soviética las cruces simbolizaban la resistencia lituana. Por ello, en la primavera de 1961, el gobierno decidió terminar con la Colina de las Cruces de una vez por todas. Pasaron bulldozers por encima y las destruyeron... pero no ayudó: nuevas cruces aparecían durante la noche, al principio pequeñas, pero gradualmente mayores y mayores aún.
Estalló una verdadera guerra de cruces y continuaron los intentos de devastar la colina. Los bulldozer siguieron interviniendo durante diez años. Hubo incluso un proyecto de anegar el lugar. Pero todo fue en vano, noche tras noche volvían las cruces y, en 1985, la Colina fue dejada en paz.
Aunque se trata de una tradición muy antigua, sin embargo, muy pocas, o posiblemente ninguna de las cruces que se encuentran en la actualidad son anteriores a 1985.
Hoy en día hay más de 50.000 cruces, imágenes, cuadros de santos, y mástiles con estatuillas, muchos adornados con numerosos rosarios. La colina está decorada con bellísimas cruces ornamentadas. Cada cruz tiene su propia historia, pero la historia importante es la de todas.

Castillo de Trakai

Situado al oeste de Vilna, la capital del país. No es necesariamente el lugar más interesante de Lituania, pero quizá sí es la atracción turística más fotogénica
El Castillo de Trakai está situado en la localidad homónima, a unos 30km de Vilna. 
Se ha convertido en uno de los lugares más visitados de Lituania. Símbolo histórico de la Edad Media del Ducado de Lituania, la fotogénica silueta y postal que ofrece el castillo de Trakai con las aguas de los lagos Galvė y Lukos a su alrededor, ha hecho una publicidad maestra para que el turismo acuda aquí.
Gastronomia Lituana
P Viajar es conocer nuevas experiencias, no solo el arte y la cultura de un destino, también su gastronomía
Comer en Vilnius, la capital de Lituania es una de esas experiencias, mucho más variada de lo que podíamos imaginar.
La  base de la dieta lituana son las patatas, la carne y los productos lácteos. Son platos son contundentes, muy calóricos, ya que el clima así lo pide.
Pero, ¿cuáles son esos platos tradicionales que se pueden comer en Vilnius? 
§   Cepelinai – Se trata de una pequeñas empanadas de espesa masa hecha de papa y que van rellenas de queso, carne u hongos. Es el símbolo de la comida lituana.
§  Kugelis – Este plato está importado de la cocina alemana, y consiste en papas y zanahorias ralladas asadas al horno y con crema agria por encima.
§  Koldünai – Son ravioles rellenos de carne u hongos.
§  Saltibarsciai – Es una sopa fría de remolacha que se come mucho en verano, y que se sirve con papas hervidas con un aliño de eneldo y crema agria.
§  Kepta duona – Pues esto es algo tan sencillo como pan negro (el más usado en todo el país) con mucho ajo y fritos en abundante aceite
§  Siupinys – Careta, rabo y manos de cerdo estofados con habas
§  Lietuviskos salotos – Ni más ni menos que la versión lituana de la ensalada rusa

Riga 

Su estratégica posición en el Báltico hizo de Riga una de las ciudades comerciales más prosperas de la región llamada con toda justicia como “La Paris del este”. Punto de unión entre las vastas llanuras rusas y los reinos germánicos y escandinavos.
De hecho, tras severas y hermosas reconstrucciones, Riga brilla con luz propia hasta el punto de ser una escapada imprescindible entre los que buscan algo diferente en el viejo continente.
Su historia.
Los orígenes de Riga se remontan a los primeros años de la Edad Media, cuando el puerto natural que hay en la desembocadura del río Daugava comenzó a ser usado por los vikingos que navegaban hacia Bizancio, aunque la fundación oficial de la ciudad, por el obispo alemán Albert von Buxhoevden, se produjo en 1201.
A pesar de la muerte del obispo en 1229, la ciudad siguió bajo influencia germana, hasta tal punto que en 1282 pasó a formar parte de la Liga Hanseática. Gracias a su entrada en esta famosa ruta comercial, Riga vivió varios siglos de estabilidad económica y política.
Entre 1621 y 1710 Riga estuvo bajo dominio sueco y llegó a ser la ciudad más grande del reino.
En 1710, durante la Gran Guerra del Norte y el gobierno del zar Pedro el Grande, pasó a manos rusas.
Riga creció en los años siguientes y llegó a ser la tercera ciudad más grande del Imperio Ruso, después de Moscú y San Petersburgo.
En la segunda mitad del siglo XIX se despertó el sentimiento nacionalista letón y en 1873 se celebró el primer festival nacional de la canción.
En 1918, acabada la I Guerra Mundial, Letonia declaró su independencia, pero años más tarde, durante la II Guerra Mundial, fue ocupada primero por los soviéticos, después por los nazis y, finalmente, quedó anexada a la Unión Soviética.
En 1991, Letonia recuperó su independencia.

Visitar Riga es una experiencia inolvidable. La capital de Letonia se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los destinos turísticos más sorprendentes del viejo continente. Es sin duda la más cosmopolita de las tres capitales bálticas, y pasear por su animado casco histórico es una delicia. Y es que hay tantas cosas que ver en Riga que la ciudad no deja a nadie indiferente. Sin ir más lejos, el centro histórico de Riga contiene la mayor colección de edificios art nouevau de Europa, lo que le ha valido el título de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Riga es la ciudad con mayor número de habitantes de los países bálticos pero el turismo no está ni de lejos tan masificado como por ejemplo en Tallin, donde es frecuente ver enormes grupos de turistas procedentes de los famosos cruceros por el báltico
Letonia es el país báltico con mayor cantidad de población rusa, y Riga no es la excepción. Si bien hace más de treinta años que el país logro su independencia todavía existen numerosas huellas de su pasado soviético. Si bien es cierto que hoy en día letones y rusos conviven pacíficamente, aún mantienen las distancias en muchos aspectos de la vida cotidiana.

Con un par de días (o un fin de semana) en principio es suficiente para visitar Riga y hacerse una idea bastante completa de todo lo que la ciudad ofrece. Aunque es una ciudad relativamente grande, lo cierto es que casi todo lo interesante se concentra en su casco histórico, en el margen derecho del río Daugava. Es cierto que algunas cosas como el barrio art nouveau o el museo de la KGB se encuentran un poco más alejados, pero aun así se puede llegar a ellos tranquilamente andando (unos 20 minutos de paseo).




IMPERDIBLES DE RIGA

Museo de la Ocupación de Letonia

El Museo de la Ocupación de Letonia (Letón: Latvijas okupācijas muzejs) reúne varias exposiciones sobre el período transcurrido entre los años 1940 y 1991, en el que el país vivió la invasión de los nazis en primer lugar y la anexión a la Unión Soviética posteriormente.
Este Museo se creó con el objetivo de dejar constancia de los trágicos efectos que estos dos regímenes totalitarios hicieron en la población letona, recordar a los fallecidos, perseguidos o deportados y mostrar la labor realizada por la resistencia.

 

La casa de los Cabezas Negras

La estatua de Roldán, justo delante de la casa Schwab (izquierda) y la casa de los Cabezas Negras (derecha).
Si hay una imagen icónica en Riga es La Casa de los Cabezas Negras, el lugar más icónico de Riga, cuando quieras comprar para regalar un imán o recuerdos de la ciudad te encontraras con su imagen. A su lado se encuentra la casa Schwab
Este par de edificios se construyeron en 1999, ya que los originales fueron destruidos durante los intensos bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, y posteriormente los soviéticos los demolieron por completo. No fue hasta que Letonia consiguió su independencia cuando se pusieron en marcha los planes para reconstruirlos.
La Hermandad de los Cabezas Negras constituía una de las asociaciones de mercaderes y comerciantes más importantes de la antigua región de Livonia (hoy Estonia y Letonia). Tuvo sus inicios en el siglo XIV, y todos sus integrantes eran solteros. El nombre hace referencia San Mauricio, patrón del gremio y a menudo representado con la cabeza negra y un turbante a lo árabe. Los Cabezas Negras establecieron su sede en Riga en este edificio, hasta que fueron disueltos en la Segunda Guerra Mundial.

La catedral de Riga

La catedral de Riga (Rīgas Doms) es el templo luterano más importante de la ciudad y uno de los lugares de culto más importantes de la región báltica. También es conocida como la catedral Dome, denominación procedente del alemán Dom, literalmente catedral.
En la catedral está presente una mezcla de varios estilos, como el románico, el gótico y el barroco. Sin embargo, gran parte de la decoración se perdió durante la Reforma, por lo que hoy en día el interior es bastante austero, especialmente comparado con otras catedrales europeas. Con la visita también se puede acceder al claustro de la catedral.  

El parque Bastejklana
El parque más importante de Riga toma su nombre de un pequeño montículo situado en el centro del mismo, el Bastion Hill o Bastejkalns, en letón. Es el lugar preferido por los habitantes de Riga para relajarse y escapar del ajetreo de la ciudad. El parque está muy bien cuidado  y pasear por él es una delicia, al menos en los meses de verano. Además de los jardines, llenos de flores, se pueden disfrutar innumerables esculturas de todo tipo.

El canal de Riga

El canal de Riga (Pilsētas Kanāls) discurre lentamente por el centro del parque Bastejklana, rodeando todo el casco histórico de la ciudad. En el siglo XIX, el emperador Alejandro II de Rusia ordenó demoler las antiguas murallas de la ciudad y construir un canal en su lugar. De este modo, podría servir para el transporte de mercancías y además se utilizado como depósito en caso de incendio.El canal tiene más de 3 km de largo y tiene su punto de partida junto al Mercado Central. A lo largo de su recorrido es atravesado por 16 puentes y puedes realizar una excursión en barca por el mismo.

Los Tres Hermanos de Riga

Estos tres edificios constituyen otro de los puntos emblemáticos de la ciudad. 
Cada uno de ellos tiene un estilo diferente, y permiten hacernos una idea de cómo eran los edificios residenciales en la Riga antigua. Parada obligatoria en todos los tours de la ciudad.
El edificio más antiguo es el número 17 que se construyó en el siglo XV, destaca por su fachada escalonada y hornacinas góticas.
En la fachada del número 19, de color amarillo, puede leerse todavía su fecha de construcción, 1646.
El tercer edificio, el número 21, es el más estrecho de todos y también el más reciente (siglo XVII). Sobre la puerta tiene una curiosa máscara decorativa que supuestamente protegía a los inquilinos de los malos espíritus.

El monumento a la Libertad

Se considera uno de los símbolos más importantes de la soberanía de Letonia, ya que fue construido en 1935 para conmemorar la muerte de los soldados que lucharon en la guerra de la Independencia de Letonia.
Impresionan sus 42m de altura y está emplazado en una ámplia avenida cerca del Pilsētas Kanāls en el punto intermedio de la entrada al casco antiguo de la ciudad.
Destaca en la cima del obelisco, la figura de cobre de una mujer que con los brazos alzados que sostiene 3 estrellas que representan las 3 regiones históricas del país Curlandia, Latgale y Vidzeme. Los soviéticos se plantearon en alguna ocasión derribar el monumento, pero nunca se atrevieron debido a la conmoción que podría causar entre el pueblo letón 

La calle Skārņu y los Músicos de Bremen

Esta pequeña pero encantadora calle se encuentra ubicada entre las iglesias de San Pedro y San Juan. Sus hermosas casas de colores son otro ejemplo más de la belleza de Riga, y es frecuente ver a artistas callejeros como pintores y músicos.
En esta calle se ubica también una curiosa escultura de los Músicos de Bremen. Fue creada en 1990 por un artista de la ciudad alemana, hermanada con Riga. A pesar de ser tan reciente ya es uno de los monumentos más famosos de la ciudad, y es frecuente ver a la gente tocando los morros de los cuatro animales. Tiene la singularidad de que los animales se representan asomándose a través del famoso telón de acero (no olvidemos que en 1990 Letonia estaba aún en ciernes de su independencia de los soviéticos).

 La puerta Sueca

Construida en 1698, se trata de la única puerta que se conserva de las antiguas murallas que rodeaban a la ciudad (en su día había un total de ocho). En esa época Riga aún se encontraba bajo dominio sueco, y la puerta probablemente se abrió para dar acceso a los soldados suecos alojados en el cercano cuartel de San Jacobo.
Como nota curiosa, se dice que traspasar esta puerta trae buena suerte a las parejas de recién casados. 

La casa de los Gatos


Este curioso edificio amarillo de principios del siglo XX es conocido por sus dos esculturas de gatos enfadados, situadas en lo alto de su tejado. Según dicen, el dueño del edificio los mando colocar con las colas levantadas y las colas apuntando al cercano edificio del Gran Gremio, como muestra de protesta por no dejarle ser miembro (él era letón y solo se permitía a los alemanes). Según otra versión, la disputa la mantenía con el ayuntamiento de la ciudad. En cualquier caso, la disputa se debió acabar en algún momento, ya que los gatos hoy en día están girados y mirando hacia la calle.

Skyline Bar

 


Una alternativa gratuita para tener una panorámica de la ciudad de 360 grados, tienes que ir al Skyline bar situado en la planta 26 del hotel Radisson Blue.
El hotel Radisson Blue, es un hotel de 4 estrellas está situado en la calle Elizabetes iela 55.
Ya al tomar el  ascensor que es de cristal, mientras subes o bajas puedes ir viendo la panorámica de la ciudad.
El acceso al bar es totalmente gratuito y las vistas espectaculares

QUE VER EN LOS  ALREDEDORES DE RIGA

Sigulda

A 50kms.de Riga se encuentra la localidad de Sigulda, es una ciudad pequeña que fácilmente se recorre a pie.
CONSEJO.EVITAR LOS FINES DE SEMANA POR LA GRAN CANTIDAD DE VISITANTES
Cerca de la localidad de Sigulda, se encuentra el parque nacional de Gauja, es una zona de pinos a lo largo del Valle de Gauja, que va desde Sigulda hasta Valmiera,toda la zona se conoce como la Suiza de Vidzeme.

Fue declarado parque nacional en 1973, con la finalidad de preservar la fauna y flora del lugar. El Parque tiene rutas de senderismo, rutas en bicicleta, se puede realizar paseos en barca o piragua a lo largo del río Gauja.
Si solo disponemos de un día, les recomendamos hacer la ruta de los castillos y la cueva., una ruta de alrededor de 5 kms (se puede hacer caminando y hay un bus que se puede utilizar para el regreso si les parece mucho regresar caminando.
Si se quiere regresar en autobús, hay que tomar el número 12, la parada está en la calle enfrente de la salida, hay un poste donde constan los horarios.

Jurmala

Precisamente el nombre de Jurmala significa en letón «al lado del mar» o «playa», y está situada entre el Golfo de Riga y el río Lielupe.
Lo cierto es que Jurmala es la mayor ciudad-balneario de la costa báltica. Son más de treinta kilómetros de playa los que encontramos aquí, rodeados de un extenso bosque de pinos, casas de madera de vivos colores de principios del siglo XX, arquitectura art nouveau que tanto gusta por estos lares, y otros edificios modernos en forma de hoteles, casinos, restaurantes, etc…
Una de las formas más fáciles de ir a Jūrmala desde Riga es cogiendo un taxi ya que en coche, el trayecto es de tan solo 30-40 minutos desde la capital. Además, el precio de los taxis en Riga es relativamente barato.
También se puede llegar a Jurmala en tren desde Riga saliendo desde la “Riga Central Station” (Stacijas laukums 1). Hay varios trenes que realizan el trayecto y dependiendo el que cojas tardan entre 30-60 minutos en llegar, con un coste de alrededor de 1.50-2€.
Mas tarde recomendamos dar un paseo por el Dzintaru mežaparks un parque muy bonito cerca de la playa.
En este mismo parque, si quieres tener unas buenas vistas de la naturaleza y la ciudad, puedes subirte a la Torre de observación de Jurmala, una pequeña torre de acceso gratuito en la que podrás observar una panorámica perfecta de la ciudad.

En la parte más oeste de la ciudad, Jūrmala cuenta con un precioso parque llamado Kemeri National Park en el que podrás disfrutar de una fauna y naturaleza excepcionales. Una vez estés allí, existen varios paseos y rutas en bicicleta (fáciles de 3-5km) para recorrer todo el parque.



Tallin

La capital de Estonia es una de las ciudades más bonitas de Europa, ofrece una excelente síntesis de las tradiciones culturales, la gastronomía y la historia de Europa del Este. El centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997, es una absoluta delicia. Sus murallas, torres, casas antiguas y callejuelas parecen un decorado medieval. Incluso sus restaurantes y comercios se han esmerado en conseguir ese look tan típico del Medievo.


A lo largo de historia Tallin ha tenido mucha influencia danesa, alemana, sueca y rusa y todo esto ha creado un ambiente interesante.
Resulta impactante que el casco antiguo permanece casi intacto desde hace siglos, maravillosamente conservado. De esta época son las murallas y las torres que rodean la ciudad histórica, la mayoría de los edificios comerciales y privados, las catedrales...

Historia de Tallin

Esta ciudad que recibió por primera vez su nombre por un geógrafo árabe quien la nombro como Qualeveni en 1154.
Para los estonios durante muchos años fue Taani Linn una ciudad danesa.
En 1284 entró a formar parte de la Liga Hanseática y en el mismo período comenzó la construcción de la muralla de la ciudad.
Fruto de la actividad mercantil, los siglos XIV y XV son bastante fructíferos para la economía.
Entre 1558 y 1583 tiene lugar la Guerra de Livonia que pone freno al período de desarrollo de la ciudad, y seguidamente es Ivan el Terrible quien quiere ocupar Estonia pero serán finalmente los suecos los que consigan establecerse en el territorio.
El contemporáneo ascenso político y militar de los reyes Vasa en Suecia y su conflicto con Rusia hicieron que a finales de la Gran Guerra del Norte (1700 - 1721) la ciudad cayera finalmente en manos de la Rusia de los Zares, en donde permanecería hasta la I Guerra Mundial.
Tallin vio descender rápidamente su número de habitantes de origen alemán en favor de estonios y rusos y el proceso de "rusificación" fue imparable. Hacia finales del siglo XIX comenzó el proceso de industrialización de la ciudad que posibilitaría su crecimiento y la construcción de nuevos barrios.
En casi cuarenta años, desde finales de la II Guerra Mundial y anexionado el país a la Unión Soviética, la población de Tallin se duplicó básicamente a causa de la inmigración rusa. Este rápido crecimiento se tradujo en la construcción de barrios de edificios de bloques que en nada se diferenciaban de los de cualquier otra ciudad soviética.
Tras la caída del Muro de Berlín, 
Estonia finalmente se independiza de la URSS, quedando libre de la dominación soviética el 20 Agosto de 1991, tras más de medio siglo de dominación extranjera y siendo oficialmente proclamada como república con Tallin como su capital.

QUE VER EN TALLIN

La ciudad antigua está dividida en 2 partes: la ciudad alta (donde vivían los nobles, llamada Toompea) y la ciudad baja (donde vivía el "pueblo"). Cada de estas dos partes tiene su encanto

Colina Toompea


Desde esta colina, las numerosas potencias extranjeras que han ocupado Estonia a lo largo de las centurias (suecos, alemanes, daneses, rusos, etc.) ejercieron su poder.

En la ciudad alta (Toompea) está la catedral de Santa María fundada en 1233, base de la iglesia luterana evangélica estonia, que tiene dentro los escudos de los feudales alemanes. Además de visitar su bello interior, se puede subir hasta su campanario barroco de 69m.

Y la colorista catedral ortodoxa de Alejandro Nevsky, con sus cúpulas de cebolla y su ecléctico estilo arquitectónico. Su interior está ricamente decorado con mosaicos e iconos. Es la sede la iglesia ortodoxa.

En frente se encuentra el Parlamento y el Gobierno de Estonia - en el castillo y la casa Toompea, respectivamente. La torre más famosa del complejo es la Pikk Hermann del año 1371 .Se dice que quien conseguía izar su bandera en la torre automáticamente gobernaba en el país.


Actualmente el castillo es la sede del Parlamento estonio y no es de extrañar que la bandera que luce allí (la suya) hoy sea un símbolo nacional. El edificio original es de 1229, aunque muy remodelado. Desde el interior de la colina se puede ver la fachada barroca y desde el exterior tiene un aire más medieval.


Miradores

En la ciudad alta hay varios “miradores”, desde donde se disfrutan las mejores vistas de la ciudad.
Quizá el mejor mirador para observar la belleza de Tallin es el de Patkuli, ubicado en la parte norte de Toompea. Las vistas son, sencillamente, sublimes, con la iglesia de San Olaf en primer plano, las torres y el mar de fondo.



Un poco más al sur se encuentra el mirador de Kohtuotsa, otro lugar desde el que se puede ver Tallin en todo su esplendor. En ambos miradores es frecuente la presencia de gaviotas que posan para la foto con total naturalidad.

 


Si quieren disfrutar de más altura (de mucha más altura) pueden ir hasta la Torre de la Televisión de TallinQueda algo alejada del centro, pero las vistas son increíbles.



Murallas de Tallin

 


Si por algo es conocida la ciudad de Tallin es por sus bellísimas murallas. Aunque parcialmente reconstruidas, hoy en día se conservan 20 torres, dos puertas y cerca de 2km de muralla. La fortificación original de madera databa de finales del s.XIII, pero ya en el s.XIV se empezó a construir la actual muralla de piedra.
El tramo de muralla que se puede recorrer a pie (indicado con el nombre genérico de Tallinna Linnamüür) es el que une las torres de Nunna, Sauna y Kuldjala.
Un lugar ideal para disfrutar de la fortificación son Jardines del Rey Danés.

Sugerimos no perderse las dos puertas que aún quedan en pie. La más espectacular es la Puerta Viru, de la que aún conservan dos de las torres que la formaban.

 

Al final de la calle Pikk, una de las más bonitas de Tallin, se halla la Gran Puerta Costera, anexa a la torre Paks Margareeta.


Kiek in de Kök y Bastion Tunnels


Aunque forma parte de las murallas, la torre Kiek in de Kök merece mención aparte. Esta torre de artillería de 38m, construida hacia 1470, alberga en su interior tres espacios que se pueden combinar o visitar por separado. Por un lado se encuentra la exhibición permanente, repartida por 6 plantas y centrada en el origen de la ciudad, la historia de su fortificación y diferentes campañas militares. Desde la última planta se obtienen buenas vistas de la ciudad. 


Por otro lado se encuentran los Túneles del Bastión. Solo se puede entrar con las visitas guiadas previa reserva (no disponibles en castellano), pero merece la pena si tenéis curiosidad por explorar el sistema de túneles defensivos de la ciudad, construidos a partir de 1670. Por último, en el Museo de Piedra Tallada podéis admirar hasta 600 piezas talladas en piedra de época medieval.

 

Centro Histórico

Las atracciones más notables de la ciudad baja son la plaza del ayuntamiento (Raekoja Plats) y el Ayuntamiento, con la Farmacia más antigua de toda Europa, la Iglesia del Espíritu Santo (siglos XII - XIV), la Iglesia de San Nicolás y San Olaf - uno de los edificios más altos de Europa medieval.
En las callejuelas se encuentran tiendas y talleres de artesanía, restaurantes con música en vivo, cafeterías acogedoras, tiendas, galerías de arte y hoteles con encanto. El espíritu que impregna la atmósfera de la vieja ciudad medieval de Tallinn, la hace muy atractiva todos los amantes de la antigüedad, arte e historia.

Plaza del Ayuntamiento

La Raekoja plats (Plaza del Ayuntamiento) se ubica en el corazón de la ciudad medieval de Tallin y suele ser un lugar con mucha vida.
El principal atractivo turístico de la plaza, sin duda, es el imponente Ayuntamiento, construido en estilo gótico en 1404. Es reconocible fácilmente por su torre de 64m, similar a un minarete árabe. En la cima se encuentra el Vana Toomas (soldado Tomás), colocado en 1530 y símbolo de la ciudad desde entonces (aunque el actual es una copia). El interior del Ayuntamiento está abierto a turistas desde finales de junio hasta finales de agosto. Se visitan grandes salones de reuniones con techos abovedados, el ático y varios «tesoros» de la ciudad. Desde las ventanas se tienen buenas vistas de la plaza (aunque no se sube a la torre).
Otro lugar destacado en la plaza es la 
Otro lugar destacado en la plaza es la Raeapteek, la farmacia del Ayuntamiento. Se trata de una de las farmacias más antiguas del mundo. Su fecha de inauguración suele situarse en torno a 1422.


Uno de los lugares de Tallin que recordamos con más cariño es el III Draakon, una pequeña taberna situada en los portales del Ayuntamiento donde sirven comida al estilo medieval: sin luz eléctrica, con puchero y cuchara de madera.


Uno de los atractivos urbanos más característicos de la capital de Estonia son sus preciosas casas de ensueño, cuya magia y carácter extraordinario puedes admirar, sobre todo, en el entorno de la plaza del Ayuntamiento

Iglesia de San Olaf



Una de las iglesias que tenéis que visitar en Tallin es la Iglesia de San Olaf (Oleviste kirik) construida entre los siglos XII y XIII. No es que tenga un interior especialmente bello, pero la agotadora subida al campanario (que alcanza 124m en su punto más alto) tiene como recompensa unas vistas fabulosas sobre la ciudad.

 

Rataskaevu

La calle Rataskaevu es la mejor calle para comer en el centro de Tallin. Hay opciones para todos los bolsillos y que van desde comida tradicional, moderna y alguna opción internacional.


Katariina käik

El centro histórico de Tallin está lleno de rincones y callejuelas preciosos, pero quizá el lugar más pintoresco y donde más se respira el ambiente medieval de la ciudad es el Pasaje de Santa Catalina (Katariina käik), una calle que transcurre por los restos de la antigua iglesia homónima. Además de ser un sitio muy fotogénico, se pueden ver varios talleres donde se trabaja de forma artesanal el vidrio, la cerámica, diferentes tipos de telas, etc.


Que visitar fuera del Casco histórico

Plaza de la Libertad de Tallin 

 

Si bien esta plaza no se encuentra dentro de la muralla de la ciudad y podría no considerarse el centro histórico de Tallin, es un lugar que conmemora el hecho más importante de la historia del joven país: la guerra de la independencia que entre 1918 y 1920 terminó por dar a Estonia su primera autonomía.
Este gran espacio abierto tiene al este la luterana Iglesia de San Juan (Jaani kirik), construida a mediados del siglo XIX; y al oeste la Columna de la Victoria de la guerra de independencia (Vabadussõja võidusammas), una gran cruz conmemorativa que se ilumina en la noche.

Parque Kadriorg

El Parque Kadriorg, con un parque y palacio construido por el zar ruso Pedro I.


El Parque Kadriorg es una gran zona verde que rodea el Palacio Kadriorg. Es sin duda el mejor lugar de la ciudad para pasear tranquilamente, alimentar a las palomas y relajarse.
Fue establecido en 1718 como parte de la finca del palacio, pero siempre ha estado abierto al público. La mayor parte del parque ha conservado el aspecto del paisaje natural, con prados y bosques.
En primavera y verano los visitantes pueden ver hermosos y cuidados jardines y macizos de flores aquí.

Museo etnográfico al aire libre de Rocca al Mare


Este interesante museo es una magnífica recreación de un pueblecito típico estonio, realizada con edificios de madera auténticos, traídos aquí desde las diferentes regiones de Estonia. Está situado a unos 4 km al Oeste de Tallin, en un bello bosque junto al mar Báltico. El museo al aire libre expone 72 edificios, entre los que hay casas particulares, granjas, una capilla, una escuela los característicos molinos de agua y de viento típicos de Estonia. Permite al visitante descubrir la vida rural en Estonia durante los siglos XVIII y XIX.

Barrio Kalamaja


Como todo barrio aburguesado que se precie, la historia de Kalamaja es la de uno de los barrios más antiguos de Tallin. El más grande en la Edad Media, de hecho. Su nombre nos habla de sus primeros habitantes, pues kala es estonio para pescado y maja significa casa.
En Kalamaja vivían pescadores, constructores de botes y relojeros, entre otros. Pero, a pesar de lo bien situado del barrio, justo al otro lado de las murallas del centro histórico de Tallin, al noroeste de éste, el barrio entró en declive hasta la llegada de la Revolución Industrial al Imperio Ruso en 1870.
Lo que hace tiempo era una zona deprimida se ha convertido en el epicentro cultural y creativo de la capital de Estonia. El espacio cambia por momentos y la implantación de tiendas y restaurantes va a en aumento. Esta parte de la ciudad se ha convertido en un lugar en el que junto con artistas muchas familias jóvenes han decidido instalarse.

Museo Prisión Patarei


A un cuarto de hora del corazón medieval de cuento de hadas de Tallin, entramos en los restos de un momento histórico completamente distinto, cuando la costa estonia era frontera soviética y, por tanto, zona vedada a cualquiera que no tuviera permiso. Aquí está Patarei, un antiguo cuartel y batería costera del ejército zarista de mediados del siglo XIX convertido en cárcel por la primera república estonia. Tras la ocupación soviética, Moscú la adaptó a sus necesidades albergando entre sus muros a presos políticos o a punto de ser deportados a Siberia. Durante décadas, fue uno de los centros principales de la represión soviética en Estonia, ya que estaba gestionada por el KGB como prisión de máxima seguridad. Y, en la Segunda Guerra Mundial, el ejército nazi recluyó cerca de un millar de judíos en este lugar.La nueva república estonia mantuvo Patarei como cárcel para presos comunes tras la caída del Telón de Acero y hasta 2003. Cinco años más tarde, reabrió como museo

Excursiones desde Tallin

El parque Lahemaa

 


 


A 70 kilómetros por la carretera E20 al Este de Tallin se encuentra la pequeña localidad de Viitna. En este lugar se encuentra la oficina de información del primer Parque Nacional estonio.
El parque fue creado en 1971 y fue el primer parque nacional instituido en el territorio de la URSS. Lahemaa se extiende a orillas del Báltico y tiene una superficie de 1.120 Km² en una costa recortada en la que se suceden pequeñas penínsulas e islotes. De hecho, "Lahemaa" significa precisamente "tierra de bahías", unas bahías que han surgido de lagos que acabaron uniéndose al mar.
En la actualidad cerca del 18% del parque forma parte de una reserva para el estudio de la flora y fauna, por lo que su acceso al público está restringido al público. Entre los intereses que tiene el parque no está sólo el paisaje, sino también los pueblos de la zona, yacimientos arqueológicos o castillos.

Haapsalu


Haapsalu está situada en el noroeste de Estonia, a una hora en coche de Tallin. El destino de playa es conocido por su barro y su artesanía.
Hoy, Haapsalu es una estación termal con poco más de 10,000 habitantes. En Estonia es conocida por su barro, sus bufandas y sus cuentos de terror. Ya durante el imperio de los zares, aristócratas rusos viajaban a Haapsalu atraídos por las propiedades terapéuticas de su barro. En el siglo XVIII, Haapsalu era un lugar de moda para el turismo curativo. Algunas de las casas de madera más antiguas se construyeron en aquellos tiempos. En una de ellas pernoctó el zar Pedro I cuando visitó Haapsalu en 1715.

Rakvere


Sin duda Rakvere es destino diferente y es el adecuado si quieres experimentar cosas nuevas cuando visites Estonia. Nada tiene que ver con las típicas playas o ciudades balneario del país. Rakvere está situada al Este de Tallin pone a tu disposición la oportunidad de vivir experiencias distintas, de verte inmerso en un nuevo entorno. Viajar a Rakvere es como viajar en el tiempo, en una zona donde todavía es posible ver edificios de madera y un castillo imponente que guarda la ciudad.
Hacer turismo por esta ciudad es un paso adelante hacia momentos de relajación y desconexión total. Resulta muy sencillo olvidarse de la rutina y de todo lo que conlleva cuando paseas por sus calles que recuerdan una época anterior, donde algunos edificios de madera aún están presentes.
La paz se respira en cada rincón de esta ciudad. Tanto es así, que los trenes de pasajeros fueron suspendidos debido a la falta de viajeros durante un periodo de tiempo. En ese periodo los únicos trenes que visitaban la ciudad eran trenes de mercancías. La estación de ferrocarril se abandonó, no se utilizaba y su cuidado y mantenimiento no eran una prioridad. En los últimos años se ha vuelto a fomentar el uso de este medio de transporte y se está potenciando la renovación de la estación de tren.

Cascada de Jägala

Visitar la espectacular cascada de Jägala es una experiencia natural realmente increíble sin importar la época del año La cascada de Jägala es la mayor cascada natural de Estonia

El máximo volumen de agua se alcanza en primavera y verano, mientras que en invierno la cascada se hiela.

Pärnu

Pärnu, como  otros tantos lugares de Estonia posee ese encanto discreto que nos atrapa. En verano encontraremos  una playa de arena fina y atardeceres que parecen eternos.
La ciudad comenzó como muchos puntos de Estonia siendo un enclave Hanseático. Estaba bien conectado con las ciudades de Tartu y Viljandi. Es en hacia la mitad de 1800 cuando Pärnu se convierte en una localidad turística.
Empezó siendo la típica ciudad balneario del Báltico y la tradición ha llegado hasta hoy convirtiéndola en un destino de vacaciones que es referencia en toda la región.


¿Cuál es la comida típica de Estonia?

La cocina tradicional de Estonia se ha basado sustancialmente en la carne y las patatas, así como en el pescado en las zonas costeras y de orillas de los lagos.
Sin embargo, hoy en día ha sufrido la influencia de muchas otras cocinas. Se ha incluido una variedad de alimentos y platos internacionales, con contribuciones de las tradiciones de los países vecinos.
Las influencias escandinava, alemana, rusa, letona o lituana han desempeñado un papel importante en la gastronomía de Estonia. Los alimentos más típicos de Estonia han sido el pan de centeno, el cerdo, las patatas y los productos lácteos.
Por otro lado, esta gastronomía ha estado desde siempre estrechamente vinculada a las estaciones. La mitad del territorio de Estonia está cubierto de bosques y un tercio de tierras de cultivo, por lo que el país cuenta con abundantes cultivos agrícolas y productos ganaderos, así como bayas silvestres, setas y carne de caza.
El comienzo de la temporada de caza de invierno trae a la mesa carne de alce, de corzo, de jabalí e incluso de oso. Durante el invierno también se suelen comer asados y cazuelas. Es tradicional la sopa de guisantes, judías o coles y el estofado de cerdo con chucrut o patatas. El pan de centeno, la cuajada y el requesón se encuentran siempre, independientemente de la temporada.

Leib



Leib es el pan de centeno que se considera el alimento básico. Los estonios son expertos en el cultivo del centeno, por lo que, si viajas al país no puedes perderte este tipo de pan.
Encontrarás diferentes variedades de pan de centeno en todas las panaderías y supermercados. Es un pan que acompaña al arenque o a las sopas.

Marineeritud angerjas

Es un plato muy popular y tradicional en Estonia en el que la anguila es la protagonista. Se come tanto fresca como en lata. Esta receta de anguila marinada se puede encontrar en muchos hogares y restaurantes estonios. Está pensada para ser servida fría, tiene un fuerte sabor que es inusual y distintivo.

Verivorst



Es una morcilla tradicional de Estonia y el plato nacional del país. Es una comida típica de invierno, que se sirve normalmente durante las fiestas de Navidad, cuando se asan junto con patatas y cerdo.
La morcilla se hace con cebada, cebolla, pimienta de Jamaica, mejorana y sangre. Se acompaña típicamente con mantequilla, crema agria y chucrut. Muchas veces también se cubre con una compota hecha de arándanos.

Zakuski

Los zakuski son parecidos a las tapas españolas, un surtido de entremeses fríos y calientes. También son típicos en la cocina rusa. Se suelen dar a los invitados como aperitivo de bienvenida junto con vodka caliente. El zakuski más común es un simple pepino encurtido.

Seljanka



Es una especie de sopa muy especiada y común en el país.
Aunque se pueden encontrar variantes, suele llevar cebolla, tomate, pepinillos, carne picada, salchichas y jamón.
También lleva laurel, aceitunas y otras especias. Se sirve con crema agria y una rodaja de limón.

 

Keel hernestega

Es un aperitivo estonio de lengua de vaca cocinada con especias. Se sirve la lengua cocida en finos cortes circulares, fríos o a temperatura ambiente, y se acompaña con frijoles o guisantes. El plato tiene un rico a hierbas, como resultado de su largo tiempo de cocción.

Pirukas


 

Son un típico aperitivo estonio que consiste en una masa con forma de bolsita rellena con una variedad de ingredientes. Puede clasificarse en tres categorías: küpsetatud (pequeño, horneado), praetud (pequeño, frito) y plaadipirukad (grande, horneado).
La masa puede hacerse con hojaldre o con masa de pan normal. Los rellenos son muy variados, pueden ser de carne, jamón, col, arroz, champiñones y zanahorias. Las pirukas pequeñas se rellenan con diferentes ingredientes, pero las grandes exclusivamente con col, carne y zanahorias.

Mulgikapsad



Es un plato tradicional procedente del sur de Estonia, es una versión del chucrut que lo combina con cebada y cerdo o tocino.
Utiliza ingredientes disponibles de temporada y se come como acompañamiento, servido junto con carne asada y patatas cocidas.
Es un plato muy sustancioso para el clima frío, por eso el mulgikapsad es popular en invierno.

Silgusoust

Es otro de los platos más típicos de la cocina de Estonia. Básicamente, consiste en un pescado de la zona, los espadines bálticos, que son una especie de arenque. Se cocinan y se sirven con tocino y crema agria.

Sült



Es un plato tradicional que consiste en cerdo cocido en gelatina. Aunque lo normal es que se prepare con cerdo, también se puede encontrar con pollo, ternera e incluso pescado.
Cuando se cocina, se quitan los huesos, se corta la carne y se refrigera la mezcla hasta que queda gelatinosa.
El Sült se suele disfrutar en ocasiones festivas como una comida de buffet, pero también se sirve como aperitivo o como plato principal, cuando se acompaña con patatas cocidas, mostaza y salsa de rábano picante.

Suitsülohe

Es uno de los platos de pescado más comunes que se pueden encontrar en Estonia. Básicamente consiste en salmón ahumado que se suelen presentar sobre un pan con mantequilla agria.

Kiluvoileib



Este tradicional plato estonio consiste en una rebanada de pan de centeno cubierta con un filete de espadín marinado.
El pan suele estar untado con mantequilla o cubierto con munavoi, huevo y mantequilla para untar, mientras que los filetes se complementan con huevos escalfados o duros, cebollas y hierbas frescas.
Esta especie de tostada se encuentra en casi todos los restaurantes locales y, a menudo, se sirve en ocasiones festivas, desde bodas y funerales hasta cumpleaños y Nochevieja.

Forell

Otro de los pescados más típicos del país es el Forell. Como he comentado al principio, los platos de Estonia son sencillos y muy tradicionales, pero no con ello se renuncia al buen sabor. Este es el caso del Forell, un plato de trucha ahumada que se sirve con crema agria, chucrut y patata.

Mulgipuder



Son unas gachas estonias rústicas, puré de cebada y papas.
A menudo incorpora tocino y cebollas salteadas y suele servirse como plato principal, acompañado de crema agria y pan de centeno, o como guarnición que complementa varios platos de carne asada.
Se asocia con el sur de Estonia, aunque es un plato básico y reconfortante que se disfruta hoy en día en todo el país como una comida casera típica.

Kama

 


Es uno de los postres estonios más emblemáticos que es difícil de encontrar en otros lugares del mundo.
Es una mezcla de cebada asada, centeno, avena y harina de guisantes.
Los lugareños también mezclan kama con suero de leche o kéfir y lo comen en el desayuno. Si quieres probar un desayuno estonio clásico, ya sabes qué pedir.

 Kisell

Es un dulce que se prepara con leche o zumo de frutas, como bayas, fresas, frambuesas, etc. Este jugo se espesa con almidón y, a veces, se agrega vino tinto. Se puede servir caliente o frío, en tortitas o con helado.

Leiva supp



Es una sopa de pan espesa, cremosa y dulce. Un plato tradicional estonio que se suele hacer con pan remojado y triturado, pasas, zumo de fruta, canela y azúcar. Se suele preparar con pan de centeno tradicional que se acompaña con leche, nata, fruta fresca y frutos secos.
Esta sopa de pan se puede servir caliente o fría, y se disfruta como postre o como un ligero tentempié por la tarde, pero también es un almuerzo escolar muy popular en el país.

Vaesed rüütlid

Es una especie de torrija. Consiste en rebanadas de pan bañadas en leche, huevo y luego fritas. Como he comentado, el pan es un alimento básico que no falta en ningún hogar del país.

Vastlakukkel



Es un dulce que se come durante el Martes de Carnaval, una festividad que tiene lugar en febrero.
Consiste en un bollo de trigo relleno con nata montada.
Aunque hace años, el Vastlakukkel solo se comía antes de la Cuaresma, hoy en día se puede comprar en la mayoría de las panaderías durante todo el año.

Kohuke

Es un dulce lácteo que se prepara con cuajada azucarada y prensada. Suele estar cubierto con una capa de chocolate y puede ser de varios sabores, como vainilla, chocolate o caramelo. También se acompaña con frutas, copos de coco, semillas de amapola o trozos de chocolate.

 

 

 

 

 

 

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